Cuando tenía 19 años, trabajaba en un almacén de distribución de alimentación, cargando y descargando camiones. Conmigo trabajaban cientos de hombres mucho mayores que yo, que parecían conformarse con la vida que les había tocado vivir. A mí me parecía una jaula de la que quería escapar, llena de monos azules que yo aborrecía(los monos son los trajes de una pieza que suelen llevar los obreros, normalmente de color azul oscuro). Ellos se sorprendían de que fuera capaz de compaginar un trabajo tan físico con mis estudios universitarios. Ellos, a quienes guardo mucho cariño, parecían tener todo lo que necesitaban. Pero yo no.
Escribí un poema hablando de todo ello que leí una tarde en el local de ensayo a mis compañeros de banda. Estábamos a punto de separarnos para siempre. Cuando eso ocurrió, ya había compuesto esta canción basada en aquel poema, pero no sería grabada hasta pasados 23 años de todo aquello.
Casi 30 años después de componerla, he querido incluir en mi primer álbum este himno sobre la alienación y la forma en que funciona el mundo, según mi opinión. Sé que no es precisamente la canción con mejor sonido de esta colección, pero es la canción más antigua de todas las de mi repertorio y le tengo un cariño especial.